jueves, 18 de junio de 2009

El Fin del Letargo.

Spirit
Love
Power
Art
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1 comentario:

Meri Jane dijo...

Ha dejado de ser una utopía, hablamos del presente, del hoy. Todos temíamos ese día en el que “Un Mundo Feliz” de Aldous Huxley pasase de la ficción al mundo real. Huimos, buscamos, anhelamos, deseamos, amamos, lloramos, corremos, dormimos, comemos, soñamos, reímos, copulamos, paseamos, bebemos, estudiamos, pensamos, dudamos, ¿vivimos?, morimos...y así realizamos una y otra vez una infinidad de “palabras” existentes desde el momento en que se creo el lenguaje.
¿Vivimos? ¿Qué se hizo de Horacio y su famoso “Carpe diem quam minimum credula postero”?
Volvamos a empezar.
Escritores, lectores, palabras perdidas formando nada evocado e inspirado en el algo. Parece estar “de moda” crear hipérboles sentimentales que conlleven convulsiones consumistas en la sociedad. Jugar a vaciar la mente hoy en día es el trabajo que llena los bolsillos. Se ha perdido el sentido del valor.
Viaja en metro. Viaja hasta el epicentro de la “vida”. Sitúa tu mente en el punto más concurrido de la ciudad. Quieto. Muy quieto. Observa.
El amor, el dolor, el bien y el mal, la vida, la muerte, no existe una sin la otra, traficamos con los sentimientos, sensaciones y pensamientos y sin embargo resulta estar al final de nuestra escala de valores. Las personas, todas y cada una de ellas somos un pequeño microcosmos de la grandeza del universo. Masas en continuo movimiento, se le podría llamar comportamiento innato... ¿a qué? Suponía que a estas alturas ya quedaría claro.
¡Dinero, un trabajo fijo, un coche! Sigamos. Una casa, mujer, marido, ¿cuánto? ¿Tres hijos? ¿Dos perros? ¿Un gato? De acuerdo.

¿Y después? Nada. Y otro poco de nada.

¿Qué se hizo de la felicidad? ¿Dónde quedó el Carpe diem? Muerto...
¡Sí, ha muerto! Sí, y todos, me incluyo en ello, sabemos dónde esta y qué es, pero nadie se atreve a vivirlo, nadie se atreve a fluir con el ser, a desnudarse de bienes y hechos materiales, hemos perdido el sentido del valor respecto a nuestras únicas y limitadas estancias aquí. Pensáis que contra mas verbos realicéis, contra más actos innatos queden hechos y archivados en vuestra biografía, mejor historia tendréis.
Parece ser que los pensamientos, que los sentimientos, que la filosofía y el saber pasaron de moda. Parece que hoy en día es preferible simular ser aves que recogen sus alas y se trasladan con sus pequeñas patas al andar.
No debería ser ley que nuestra felicidad dependiese de los demás, ¿Dónde quedó la auto aceptación sin necesidad de que el resto de la humanidad lo de por aprobado e inscrito en la Constitución?
Mas si preferís ser buen cordero del rebaño de Nuestro Señor Homogeneidad, adelante, respetad la monotonía, olvidad a Horacio, convertid “Un mundo feliz” en vuestra Biblia, rezadla todos los días, no obstante, no pretendáis verme en una oficina al lado de la vuestra, ¡no!
Me limitaré a extender mis alas hasta el cementerio, a la tumba, cavaré y me enterraré con el Carpe diem, viviré el momento que creíais muerto y aunque muchos sostienen que eso solo puede realizarse tras pasturar una vida entera, sí, lo haré, fluiré con el existir, convertiré la nada en el algo y el algo en el yo. Solo tengo una vida y pienso aprovecharla.